Descripción
En este testimonio, Magdalena Suárez Pomar recoge la propia palabra de Máxima Acuña con el propósito de perennizarla y colocarla en el panorama de las literaturas donde los protagonistas pueden acceder al circuito letrado. Resulta sumamente interesante cómo los episodios narrados por Máxima conservan no solo la entereza de su lucha, sino los rasgos de oralidad y de recurrencia temática. Además, termina por ser un texto también pedagógico, de enseñanza para la vida; así como paradigmático de una situación donde una mujer andina, contra todo y a pesar de todo, logra vencer las adversidades de su vida: la violencia, la discriminación y la pobreza, por ejemplo. La voz de Máxima, tomada por Suárez Pomar, es un homenaje en vida a quien es una de las luchadoras medioambientales más valiosas de los últimos años en el país.